Los efectos del cannabis en el cerebro

¿Sabías que el cerebro humano contiene receptores diseñados para interactuar con los cannabinoides que se encuentran en el cannabis? Estos receptores cannabinoides forman parte del sistema endocannabinoide (SEC), una red compleja de receptores celulares y moléculas que ayuda a regular una amplia gama de procesos fisiológicos en el cuerpo, incluyendo el estado de ánimo, el apetito y la percepción del dolor.

Pero, ¿qué sucede cuando introducimos cannabinoides externos, como los que se encuentran en la planta de cannabis, en este sistema? ¿Es el cannabis bueno para tu cerebro? ¿Es malo para tu cerebro? Tenemos respuestas.

Los fundamentos del sistema endocannabinoide

Para entender cómo el uso de marihuana afecta el cerebro humano, primero necesitamos comprender un poco más sobre el SEC. Como se mencionó anteriormente, este sistema comprende una red de receptores celulares y moléculas que trabajan juntos para ayudar a regular varios procesos fisiológicos.

Los dos tipos principales de receptores en el SEC son CB1 y CB2. Los receptores CB1 se encuentran principalmente en el cerebro y el sistema nervioso central. En contraste, los receptores CB2 se encuentran principalmente en el sistema inmunológico y otros tejidos periféricos.

Ahora, aquí es donde se pone interesante. Cuando introducimos cannabinoides como el THC (tetrahidrocannabinol, el líder de la diversión psicoactiva) y el CBD (cannabidiol, el primo relajado) en nuestro sistema, interactúan con estos receptores y desencadenan todo tipo de travesuras. Y vaya que conduce a una amplia gama de efectos, desde cambios de humor hasta el apetito voraz.

Los efectos del THC en el cerebro

El cerebro humano es un órgano complejo, un parque de juegos ocupado por miles de millones de neuronas, numerosas neurotransmisores y un sinfín de receptores. Esto hace que la relación entre los químicos del cannabis y la biología y función del cerebro sea un mar profundo de posibilidades, uno que apenas hemos comenzado a desentrañar. Uno de los efectos más conocidos del uso de marihuana en el cerebro humano es el subidón psicoactivo producido por el THC. Cuando el THC se introduce en el cuerpo, se une a los receptores CB1, lo que conduce a varios efectos, incluyendo percepción alterada, cambios de humor y deterioro de la coordinación y la memoria.

Pero, ¿qué está pasando exactamente en el cerebro cuando nos colocamos con THC? Bastante, en realidad. El cerebro es responsable de regular todo en el cuerpo humano, incluyendo respuestas fisiológicas como la temperatura y la respiración, pero las emociones, pensamientos y recuerdos también se ven afectados por el uso de cannabis. El cannabis puede afectar funciones cotidianas, pero también se ha demostrado que impacta positivamente ciertas condiciones médicas. Por esta razón, los dispensarios médicos que ofrecen cannabis para uso terapéutico están surgiendo en más países y ganando popularidad.

Algunas áreas clave afectadas por el cannabis

Apetito

Si alguna vez has usado cannabis, probablemente conozcas el “munchies” — cuando te da mucha hambre después de fumarlo o comerlo. Hay células en la parte del hipotálamo de nuestro cerebro que controlan nuestro apetito, y el SEC está involucrado en cómo comemos. Tener un gran apetito no siempre es bueno porque puede llevar a comer en exceso. Pero algunas personas tienen problemas para comer lo suficiente debido a diferentes condiciones o tratamientos contra el cáncer.

Los investigadores están estudiando si el THC, un componente del cannabis, puede ayudar a aumentar el apetito en personas con cáncer y otras condiciones que afectan la alimentación.

Estado de ánimo y ansiedad

El SEC regula nuestras emociones, estado de ánimo y estrés porque está conectado a la parte del cerebro que controla estas cosas. Los científicos están estudiando cómo el CBD afecta la ansiedad en humanos. Ya lo han probado en personas con ansiedad social y han observado cómo afecta el flujo sanguíneo en las áreas cerebrales relacionadas con la ansiedad.

Dolor

Alrededor del 23% de las personas en el Reino Unido sufren dolor persistente. Las personas experimentan dolor por muchas razones, como artritis, fibromialgia, cáncer, esclerosis múltiple o úlceras estomacales. El SEC juega un papel importante en cómo sentimos el dolor, y los investigadores están estudiando cómo el cannabis puede ayudar con diferentes tipos de dolor.

Impulsividad

El uso de cannabis ha sido un tema de interés respecto a sus efectos sobre la impulsividad, la tendencia a actuar por impulsos o deseos inmediatos sin considerar las posibles consecuencias. Aunque la investigación sobre este tema aún está en evolución, varios estudios han arrojado luz sobre el impacto del compuesto psicoactivo del cannabis, el delta-9-tetrahidrocannabinol, en el comportamiento impulsivo.

Envejecimiento

A medida que envejecemos, aumentan nuestras probabilidades de desarrollar enfermedades neurológicas. Incluso si no tenemos condiciones específicas, el envejecimiento puede hacer que nuestro pensamiento sea más lento y que sea más difícil hacer varias cosas a la vez. La investigación ha demostrado que el SEC es esencial para el envejecimiento cerebral, especialmente en el hipocampo, que es la parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria. Los científicos están estudiando ahora cómo interactúa el cannabis con el envejecimiento para ver si tiene efectos positivos o adversos.

Epilepsia

Las convulsiones epilépticas ocurren cuando hay una actividad eléctrica repentina en el cerebro. El CBD ha recibido mucha atención debido al éxito anecdótico en el tratamiento de convulsiones. Se están realizando estudios para ver cómo el CBD (específicamente un medicamento de cannabis llamado Epidiolex) afecta a niños con formas raras de epilepsia como el síndrome de Dravet y el síndrome de Lennox-Gastaut.

Enfermedad de Alzheimer

Algunos científicos están explorando la posibilidad de usar THC para tratar la enfermedad de Alzheimer. El Alzheimer afecta la memoria y el pensamiento a medida que las proteínas se acumulan alrededor de las células cerebrales. Eventualmente, la enfermedad causa un daño severo al cerebro. Los investigadores han comenzado a estudiar si el THC puede ayudar a reducir la acumulación de estas proteínas.

Enfermedad de Parkinson

Los investigadores también están estudiando cómo los cannabinoides pueden ayudar con diferentes síntomas de la enfermedad de Parkinson, como problemas de movimiento. Están interesados en los cannabinoides porque el SEC se encuentra en una parte del cerebro llamada ganglios basales, que controla el movimiento.

Esta tampoco es una lista exhaustiva. Incontables condiciones están siendo tratadas con cannabis medicinal a medida que surgen más evidencias que apoyan los efectos positivos de la droga en aspectos específicos de la salud y el bienestar humanos.

Aunque hay muchas buenas noticias para los usuarios moderados de cannabis, los estudios aún recomiendan precaución. El uso prolongado o intenso de cannabis puede presentar riesgos para la actividad cerebral. Un artículo publicado en 2021 en la revista Neuropsychopharmacology utilizó imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) para investigar los efectos del THC en la actividad cerebral de voluntarios sanos. Los investigadores encontraron que el THC redujo la actividad en la corteza prefrontal, una región cerebral importante para la toma de decisiones y otras funciones cognitivas.

Otro estudio publicado en 2014 examinó los efectos a largo plazo del uso de cannabis en la estructura cerebral y encontró que el uso regular de cannabis se asociaba con una reducción del volumen de materia gris en regiones cerebrales, incluyendo la amígdala y el hipocampo, que están involucrados en el procesamiento de emociones y la formación de la memoria, respectivamente.

Los posibles beneficios terapéuticos del CBD

Ahora, tomemos un respiro del circo psicoactivo y demos un saludo al CBD, el primo relajado del THC. A diferencia del THC, el CBD no te da esa sensación de “colocón”, pero tiene su propio conjunto de trucos. Mientras que el THC es el cannabinoide más comúnmente asociado con los efectos psicoactivos del cannabis, el CBD es otro compuesto esencial que ha sido objeto de mucha investigación en los últimos años.

A diferencia del THC, el CBD no produce un colocón. Sin embargo, se ha demostrado que tiene posibles beneficios terapéuticos para diversas condiciones. Uno de los beneficios potenciales más conocidos del CBD son sus propiedades antiinflamatorias. Hay evidencia de esto en un estudio de 2016 publicado en el Journal of Clinical Investigation que encontró que el CBD redujo la inflamación y el estrés oxidativo en modelos animales de esclerosis múltiple. Esta condición se caracteriza por inflamación en el cerebro y la médula espinal.

Otro beneficio terapéutico potencial del CBD son sus efectos ansiolíticos. Resultados de investigaciones publicados en la revista Neuropsychopharmacology encontraron que el CBD redujo la ansiedad en pacientes con trastorno de ansiedad social y que estos efectos se asociaron con cambios en la actividad de regiones cerebrales involucradas en el procesamiento emocional.

Los posibles riesgos del uso de cannabis

Por mucho que nos guste disfrutar de los gloriosos beneficios del cannabis, no podemos ignorar los posibles riesgos que conlleva. Aunque la evidencia creciente sugiere que el cannabis y sus compuestos pueden tener méritos terapéuticos potenciales en usos bajos o a corto plazo, es esencial señalar que también existen efectos adversos asociados con el uso de cannabis, particularmente en la salud mental respecto al uso intenso o crónico.

Un riesgo potencial es el desarrollo del Trastorno por Uso de Cannabis, una condición caracterizada por el uso compulsivo de cannabis, dificultad para controlar su uso y síntomas de abstinencia al cesar. Un artículo publicado en JAMA Psychiatry encontró que aproximadamente el 9% de los usuarios de marihuana desarrollan trastorno por uso de cannabis, y el riesgo es mayor entre quienes comienzan a usar cannabis a una edad más temprana. Es un número relativamente bajo, pero los síntomas invitan a la reflexión.

Además, el uso intenso de cannabis se ha asociado con deterioros cognitivos. Un estudio de 2002 publicado en JAMA Internal Medicine siguió a una gran muestra de usuarios de cannabis durante un período de 25 años (¡eso es compromiso!) y encontró que el uso intenso de cannabis se asociaba con un declive en la función cognitiva, particularmente en áreas como la memoria, la atención y la función ejecutiva.

También vale la pena señalar que el uso de cannabis puede afectar el desarrollo cognitivo. Los adolescentes y jóvenes tienen un mayor riesgo de daño en el desarrollo si usan cannabis. La adolescencia es un período crítico de desarrollo cerebral. Exponer el cerebro adolescente al cannabis durante este tiempo puede interrumpir los procesos neurodesarrollativos normales. Investigaciones publicadas en el Journal of Neuroscience han demostrado que el uso regular de cannabis durante la adolescencia se asocia con alteraciones en la estructura y función cerebral y déficits cognitivos duraderos.

La necesidad de más investigación

Aunque hemos avanzado significativamente en la comprensión de los efectos del cannabis en el cerebro humano, todavía hay mucho que no sabemos. Se necesitan más estudios para entender mejor los impactos a largo plazo del uso de cannabis, particularmente en usuarios intensos o crónicos. Además, se requiere más investigación para explorar los posibles beneficios terapéuticos de diferentes cannabinoides y sus mecanismos de acción en el cerebro.

A medida que nuestra comprensión del sistema endocannabinoide y los efectos del cannabis continúa evolucionando, debemos realizar más investigaciones para comprender completamente los posibles beneficios y riesgos asociados con el uso de cannabis. Esto ayudará a guiar a individuos, profesionales de la salud y responsables políticos en la toma de decisiones informadas sobre el uso de cannabis y su impacto en el cerebro humano.

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